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MARIO GRILLÉ SALAS

General Manager

APL Logistics Chile S.A.

 

El trabajo autónomo y el nomadismo digital ya no son sólo una alternativa profesional; son una nueva manera de vivir y conectarse con uno mismo.

Especialmente para quienes llevamos algunas décadas en el mercado laboral, esta transformación toca fibras profundas y nos plantea retos de los que no siempre somos conscientes. Nos invita a reconsiderar no sólo el “dónde” trabajamos sino el “cómo” y el “por qué”. A diferencia del modelo laboral tradicional, permite un flujo continuo entre la vida personal y profesional. Como decía Satya Nadella, CEO de Microsoft: “No se trata de reinventar la rueda; se trata de reinventar el sentido que le damos a lo que hacemos.”

Integridad personal y laboral

Este estilo de vida nos permite tomar decisiones alineadas con nuestra esencia, sin someternos únicamente a las exigencias del entorno. Y es ahí donde cada persona encuentra una motivación que nace de un lugar real, de su auténtico ser, porque se trata de vivir en congruencia, donde cada acción y cada proyecto reflejan en lo profesional quiénes somos y queremos ser.

La libertad que trae el nomadismo digital viene con sus propios desafíos. Nos puede pasar que, entre tanto movimiento, aparezca la soledad o perdamos la conexión con nuestro entorno físico, o dependamos de herramientas como la inteligencia artificial (IA), que puede robarnos un poco de nuestra autenticidad si no la usamos de forma consciente.

No es que queramos independencia total, sino que buscamos un equilibrio: libertad con propósito, sabiendo hacia dónde vamos.

Si nos limitamos a “manuales” de liderazgo sin conectar de verdad con los equipos, corremos el riesgo de perder el verdadero impacto que tiene liderar desde la empatía y la conexión humana.

El liderazgo efectivo es el que entiende y respeta eso, y que no sacrifica la humanidad en nombre de la eficiencia. El que inspira, brinda claridad y propósito sin reprimir la individualidad.

Los líderes de hoy deben adoptar un enfoque donde el desarrollo profesional sea parte integral de la vida de cada persona, recordando que el trabajo autónomo y el nomadismo digital son medios, no fines.

Adaptarse es todo un viaje, y para quienes crecimos en un mundo menos automatizado puede ser desafiante. Aquí está el punto: no es sólo cuestión de “adaptarse” o “sobrevivir” a la transformación digital; es aprender a enamorarse del proceso de cambio. Es un viaje digital de autodescubrimiento donde aprendemos a vivir con autenticidad sin dejar de lado lo que realmente importa.

Un estilo de vida

Hoy, los profesionales alrededor del mundo están adoptando una inédita autonomía para diseñar sus propios horarios y entornos de trabajo, lo que en muchos casos se traduce en una oportunidad para crear una vida más equilibrada y alineada con sus valores personales.

Los trabajadores independientes y nómadas digitales están formando una comunidad global que busca algo más profundo que la estabilidad de una oficina: buscan autenticidad y sentido en sus carreras y vidas.

Pero esta transformación no es lineal ni está libre de retos. Como bien señala Rojas Estapé, vivimos en un mundo que “avanza más rápido que nuestra capacidad para asimilarlo” y esto puede provocar tensiones internas en quienes intentan adaptarse a esta nueva realidad sin perder su esencia.

Los profesionales de generaciones anteriores pueden experimentar cierta resistencia, mientras que los más jóvenes encuentran un espacio fértil para explorar y crear sus propias reglas.

Al final, esta exploración hacia un estilo de vida profesional más libre y flexible es un viaje que trasciende lo laboral. Como decía Nadella, “no se trata de construir un mejor mundo tecnológico sino de construir un mundo más humano con ayuda de la tecnología”.

En esta era de cambios, el desafío es aprender a usar la tecnología y la independencia laboral para acercarnos a nosotros mismos y a los demás, aprovechando la flexibilidad sin perder de vista nuestra identidad y propósito.