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FRANCISCO BEDECARRATZ SCHOLZ

Director Grupo de Investigación Inteligencia Artificial

y Derecho (IA+D) Universidad Autónoma de Chile

En abril de este año, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) ofició a la empresa estadounidense Worldcoin para conocer el destino de la información biométrica que entregaron voluntariamente más de 200 mil chilenos en cuatro regiones del país.

Las alarmas surgieron luego de que expertos en tecnología y derechos humanos criticaran la falta de claridad sobre cómo se almacenaban y protegían los datos y alertaran sobre posibles riesgos de abuso. Para el Dr. Francisco Bedecarratz, director del Grupo de Investigación en Inteligencia Artificial y Derecho (IA+D) de la Universidad Autónoma de Chile, “las personas no tienen suficiente consciencia del valor de sus datos ni de los riesgos a los que se exponen en línea”.

¿Cómo afecta la IA a la privacidad de los usuarios?

La IA permite la recolección, análisis y utilización de grandes volúmenes de datos personales de manera rápida y eficiente. Puede elaborar perfiles detallados de las personas, predecir comportamientos, identificar patrones y tomar decisiones automatizadas que afectan a los individuos, muchas veces sin su conocimiento o consentimiento informado.

Softwares de reconocimiento facial y biométrico para la vigilancia masiva en espacios públicos, revisten una especial gravedad.

¿Por qué es fundamental proteger la privacidad en la era digital?

La protección de la privacidad se ha convertido en un imperativo debido a la progresiva sofisticación de los métodos para invadirla. Garantizarla no sólo protege la dignidad y autonomía de las personas, sino que salvaguarda otros derechos fundamentales como la libertad de expresión, la seguridad y la igualdad en distintos contextos, como el laboral o frente al Estado.

¿La normativa chilena está adaptada a los nuevos retos digitales?

La norma fundamental en la protección de la privacidad de los usuarios es la Constitución Política de la República de Chile.

Garantiza el respeto y la protección de la vida privada, la protección de datos personales y reconoce la inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada independiente del medio de transferencia.

Esta norma tiene su correlato en la Ley 19.628 sobre Protección de los Datos Personales y su reciente reforma, que establece garantías específicas para el tratamiento adecuado de los datos personales y representa un pilar en la regulación de esta materia en Chile. Sin embargo, sigue existiendo la necesidad de regular detalladamente el uso de sistemas algorítmicos y de IA.

¿Crees que las personas son realmente conscientes del valor de sus datos y de los riesgos de exponerlos?

Las personas en general no tienen suficiente consciencia del valor de sus datos ni de los riesgos a los que se exponen en línea.

Esta falta de sensibilización se manifiesta en prácticas comunes, como la aceptación indiscriminada de términos y condiciones (¿algún usuario ha leído realmente los Términos y Condiciones de TikTok?), el uso de contraseñas débiles o la entrega de información personal en plataformas digitales, sin evaluar las implicancias a largo plazo.

Muchas personas no logran dimensionar que sus datos personales y sensibles tienen un alto valor comercial.

Se comercializan en mercados multimillonarios, que van desde la segmentación de campañas publicitarias hasta la manipulación algorítmica de nuestras decisiones y comportamientos.

¿Qué falta en materia de sensibilización?

Es fundamental una mayor educación digital desde edades tempranas. Nuestro sistema escolar no está haciendo correctamente su trabajo en este aspecto.

Las campañas de sensibilización dirigidas a la población adulta y particularmente la tercera edad, deben ser constantes, claras y adaptadas a los diversos niveles de alfabetización digital. Debe existir un enfoque proactivo y multidimensional.

Los gobiernos, en colaboración con empresas tecnológicas, instituciones educativas y la sociedad civil, deben implementar regulaciones dinámicas que anticipen riesgos futuros, tales como la regulación específica de algoritmos en el sector público o el ámbito laboral.

¿Cómo vislumbras el futuro de la privacidad en un contexto donde la IA y el big data continúan creciendo rápidamente?

¡Eso depende de nosotros! El futuro de la privacidad estará determinado por nuestra capacidad para equilibrar el avance tecnológico de la IA con la protección efectiva de los derechos fundamentales.