Diplomado en Amor, Sexualidad y Apego

La teoría del apego es una teoría de la personalidad que explica cómo el ser humano, al nacer inmaduro, forma vínculos con sus cuidadores para garantizar su supervivencia. Estos vínculos generan modelos internos que regulan las relaciones interpersonales a lo largo de la vida, influyendo en el desarrollo personal y los estilos de apego, considerados como perfiles de personalidad. El deseo sexual, parte de la dotación emocional humana, es motivado por bases neurofisiológicas y busca la satisfacción a través de la interacción con otros. La intimidad activa los modelos internos, afectando la experiencia erótica. Según la teoría del apego, muchas dificultades sexuales están ligadas al miedo a la intimidad. Este enfoque, respaldado por amplia investigación, enriquece el conocimiento sobre la sexualidad humana.

La teoría del apego adulto ha sido clave para explicar la sexualidad humana, las relaciones de pareja y sus conflictos. Se plantea que la calidad de las relaciones sexuales en la adultez está vinculada con las experiencias sociales tempranas y los estilos de apego. Los niños aprenden a través de sus figuras de apego cómo establecer contacto íntimo, lo que influye en sus futuras relaciones sexuales. En la sexología clínica, se acepta que el sistema de apego modula la experiencia sexual y que ciertos estilos de apego pueden estar relacionados con disfunciones sexuales. La satisfacción sexual depende de factores como la autoestima sexual, la comunicación efectiva, la percepción de igualdad y la satisfacción en la relación de pareja.

El constructo amoroso cultural, centrado en relaciones de poder y posesión, con el amor pasional y el romanticismo como elementos dominantes, es un factor clave en los problemas que se asocian con el «lado oscuro» del amor, como los conflictos de pareja, el maltrato y la violencia. Abordar estos determinantes requiere una educación sexual integral. Además, el apego en sus diversas formas también influye en la configuración de perfiles amorosos y sexuales, amplificando los efectos del constructo cultural en las relaciones. Históricamente, los problemas en las relaciones interpersonales, como la violencia de género y el abuso, han sido tratados desde la protección de las víctimas y medidas jurídicas contra los agresores, pero se han implementado pocas estrategias preventivas para evitar la creación de agresores y víctimas.